«El modelo de ciudad de Gijón se puede ver en Valladolid, con un alcalde valiente del PSOE; aquí lamento la tibieza del candidato»
Javier Suárez Llana
19·05·23 | LNE | Rocío Valle
A Javier Suárez Llana el Ayuntamiento no le es terreno desconocido. Al contrario. Allí ha tenido su puesto de trabajo estos cuatro años como asesor del grupo municipal de IU y con una participación activa en las decisiones sobre movilidad y medio ambiente de la concejalía que asumió su partido en el gobierno con el PSOE. Ahora, con 34 años, da un paso al frente para liderar una candidatura que une a IU con Más País e Izquierda Asturiana.
– ¿Es una rémora salir a la batalla electoral ondeando la bandera del actual gobierno?
– Es una mochila que no me pesa. Es bueno recordar que el Ayuntamiento de Gijón fue el primero en articular medidas para sostener la actividad económica y mantener el empleo y adaptar sus ayudas sociales a las nuevas necesidades. Un gobierno ejemplar en la respuesta a la pandemia para que nadie se quedara atrás. Un gobierno valiente, capaz de poner encima de la mesa un modelo de ciudad que no había y que tiene que ver con la sostenibilidad ambiental, un desarrollo económico más basado en lo sostenible y digital y unos servicios públicos más extendidos en los barrios y al servicio de las necesidades actuales, no las diseñadas en los años 80 o 90. El balance de estos cuatro años tiene, además, cifra: 37 millones de fondos europeos para transformar Gijón.
– Si todo eso es tan evidente para usted, ¿cómo es posible que no lo sea para el PSOE?
– Esa pregunta sería para el candidato del PSOE. Lamento mucho su tibieza en los planteamientos de futuro que tiene para la ciudad y más cuando se sitúa en una contradicción con la acción del gobierno coparticipadopor su partido. Este mismo modelo de ciudad se puede ver en Valladolid. Allí hay un alcalde valiente, Óscar Puente, que está desarrollando las mismas políticas que aquí. Y es del PSOE, no de IU,
– ¿Ve puntos de encuentro para reeditar gobierno con el PSOE?
– Ahora estamos en el punto de disputarnos la Alcaldía. A partir del 28 veremos la correlación de fuerzas y las posibilidades de suma en base a programa. También digo, IU siempre ha sido garantía en esta ciudad, y lo seguirá siendo, de que ni por acción ni por omisión va a haber un gobierno de derechas si depende de nosotros. Eso no lo pueden decir todas las fuerza políticas.
– ¿Con ustedes en el gobierno seguirá esa guerra contra el coche de la que habla la derecha?
– En Gijón no hay una guerra contra el coche. Hay una guerra de los partidos de la derecha contra la salud de los vecinos.
– ¿No se puede peatonalizar más dejando que los coches sigan circulando por algún sitio y tengan donde aparcar?
– Los coches siguen circulando, lo que no puede seguir siendo es que el 70% del espacio público esté destinado a los coches cuando todos somos peatones pero no todos somos conductores. Gijón tiene que ganar en espacio para la movilidad activa, para el peatón, las bicicletas y el transporte público. Y luego está la derivada ambiental. Al fin la derecha ha reconocido que la industria contamina, ahora hay que conseguir que reconozca que el tráfico también.
– Varios partidos, incluido el PSOE, han dicho que reharán la ordenanza y el plan de movilidad. ¿Cuatro años de trabajo a la basura?
– Una ordenanza y un plan que no son diferentes a los de otras ciudades, como Valladolid. En estos años hemos conseguido que en Gijón pase de hablarse del tráfico a hablarse de movilidad. Y hablar de movilidad es hablar de salud y de desarrollo económico. Para eso tenemos una ordenanza aprobada por dos tercios de la Corporación y un plan apoyado en el consejo de movilidad con 21 votos del entramado social, empresarial y sindical.
– Entonces, ¿qué se hizo tan mal para que la movilidad fuera el gran problema del mandato?
– No es una realidad exclusiva de Gijón. Las políticas de movilidad son en este siglo XXI las verdaderas transformadas de la ciudad y las que inciden en los hábitos de vida de la gente, es normal que haya resistencias. No es nuevo. Las grandes transformaciones de Gijón fueron polémicas. Desde la recuperación del litoral en Poniente a elementos simbólicos como la peatonalización de la calle Corrida o la plaza Mayor. ¿Alguien esta dispuesto a renunciar a ellas hoy? Las políticas de movilidad asentadas en este mandato son el futuro, el ejemplo es la avenida del Molinón. No hay partido ahora que diga lo que dijo en un Pleno Pelayo Barcia (edil de Foro) de que si gobernaban lo primero que iban a hacer era meter las excavadoras para devolver el tráfico.
– ¿Esa preocupación por la vivienda tiene que ver con la juventud que hay en su candidatura?
– En general en Gijón hay un problema con el acceso a la vivienda pero es verdad que afecta de manera particular a los jóvenes. En 2022 menos del 14% de los jóvenes estaban emancipados y los que estaban dedicaban un 60% de su salario real al pago del alquiler. Sin vivienda no hay proyecto de vida y las administraciones tiene que dar soluciones.
– ¿Va a subir los impuestos?
– Lo que vamos a hacer es analizar las necesidades; ver qué servicios públicos queremos, qué inversión productiva queremos y qué inversión social queremos. Y a partir de eso ver qué factura tenemos que ser capaces de pagar. En base a eso se diseñarán los ingresos del Ayuntamiento. No se trata de subir sí o bajar no; se trata de dónde se sube y de dónde se baja y de que los impuestos no tienen que tener solo un carácter recaudatorio para financiar servicios públicos. Nosotros vamos a instaurar la «tasa Amazon» porque el mayor competidor del comercio de proximidad es el comercio electrónico y el comercio de proximidad es el que crea riqueza y empleo en Gijón y mantiene vivas las calles y los barrios.
– ¿»IBI para ricos»?
– Con el IBI lo que vamos a hacer es un recargo a las viviendas vacías de grandes tenedores. Y en lo que tiene que ver con el IBI diferenciado el objetivo es gravar actividades económicas que tengan un nivel de facturación superior al millón de euros. El Ayuntamiento invierte cada año a través de la concertaciónentre 20 y 25 millones en políticas económicas y de empleo. La parte productiva tiene que devolver esa inversión al conjunto de los gijoneses.
– ¿Cual es su propuesta económica?
–Gijón es una ciudad industrial y tiene que seguir siéndolo y al proceso de descarbonización de Arcelor se tiene que unir el del Puerto, que no puede ser una isla cuyo desarrollo no coincida con el de la ciudad, y poner a funcionar el solarón industrial que es la Zalia. Y paralelamente hay que desarrollar nuevos modelos productivos en los barrios. Un polo de economía azul en El Natahoyo con el acuario como tractor, uno de economía verde en la zona oeste, otro de desarrollo tecnológico en Roces y un polo de industrias creativas y culturales en Cimadevilla, porque su futuro no se puede fiar exclusivamente al turismo y la hostelería.
–Tener una industria y que la industria no contamine. ¿La cuadratura del círculo?
–Arcelor tiene 460 millones de ayuda pública concedida para su descarbonización, lo que tiene que hacer es ponerse manos a la obra y no retrasar las inversiones. Lo mismo tiene que hacer el puerto reduciendo el tráfico de carbones e incentivado el de mercancías y, por tanto, de contenedores, y captando inversiones que sigan el modelo de desarrollo económico sostenible. No una planta de pirólisis para contaminar más aún una de las zonas más contaminadas de este país.
–Hay problemas con Emtusa, Emulsa… ¿Toca tomar decisiones sobre las empresas municipales?
–Sí, hace falta un cambio de modelo de gobernanza y un plan de financiación serio que comprometa a toda la Corporación. También hay que evaluar si son sostenibles con las tasas y precios que pagamos por el uso de esos servicios. Emtusa necesita renovar flota, más conductores, nuevas líneas, más frecuencias de paso… Todo eso es incompatible con seguir pagando 38 céntimos por viaje. Las políticas tarifarias del Ayuntamiento para incentivar el transporte público no puede pagarlas la empresa, tiene que asumirlas el Ayuntamiento.
–Han dicho de este gobierno que es sectario. ¿Lo ha sido con la ordenanza de laicidad y la eliminación de los toros?
–No ha sido un gobierno sectario, si no valiente, con un proyecto de ciudad muy claro en un momento muy complicado.
–¿Ve posibilidad reales de que vuelva a gobernar la derecha?
–Confío en que gane y en que gobierne la izquierda. La derecha supondría volver a esos cuatro años de parálisis, de ciudad detenida en la que no pasó nada, que representó el gobierno de Foro con Carmen Moriyón. No podemos volver a ese letargo de ciudad aislada, que se mira hacia adentro y no avanza.
–El reproche es de la oposición, pero también de los vecinos: falta de participación y diálogo ciudadano. ¿Como se cierra esa herida?
–En participación, fallamos. Había unas expectativas muy altas con la vuelta de la izquierda y un planteamiento de reforma de todos los mecanismos de participación que no fuimos capaces de hacer. Toca retomar el impulso de un Gijón que fue ciudad pionera en participación. Hay que acercar la política a los barrios.